EL MANEJO DEL TRABAJO PERSONAL

INTRODUCCIÓN

Necesitamos asegurarnos de enseñar a tantos como sea posible:
1. Es necesario de que las personas estén convencidas de que su pastor es una persona capacitada para el ministerio y de su amor por ellos. Si las personas dudan de su capacidad, entonces no valorarán su enseñanza. Si la sinceridad de su amor es cuestionada, entonces, no le tendrán confianza. Por otra parte, si ellos están seguros de su capacidad y de su amor, entonces respetarán sus consejos.
Si los ministros se esforzaran más para ganar los afectos de su pueblo, entonces su ministerio sería más eficaz. Si tenemos oposición que no ha sido ocasionada por ninguna falta nuestra, entonces debemos continuar enseñando con paciencia y humildad. Pero si nosotros tenemos la culpa, debemos hacer todo lo posible para poner las cosas en orden. Si después de todas las personas aún se oponen a nosotros, es mejor dejarlas y permitir que otros traten de ayudarles.
2. Después de haber ganado el amor y el respeto de nuestro pueblo, entonces debemos mostrarles los beneficios de la enseñanza personal. Hay que predicar algunos sermones relevantes antes de comenzar. Hay que enfatizar la necesidad de crecer espiritualmente y de servir al Señor. Por ejemplo, usted les pudiera mostrar de Hebreos 5:12:
A). Que ellos deberían aprender más de la palabra de Dios y que los ministros han sido señalados para enseñarles dicha palabra.
B). Ellos necesitan aprender los principios básicos sin los cuales no pueden ser salvos y tampoco pueden progresar en su fe.
C). Hay que convencerlos (especialmente a aquellos que han asistido muchos años) de su necesidad de beneficiarse espiritualmente del ministerio.
Si no reciben este beneficio, entonces tendrán que ser enseñados otra vez, sin importar la edad que tengan. No podremos ser creyentes a menos que recibamos la enseñanza de Cristo. Si ellos rechazan la enseñanza de su pastor, están rechazando en realidad a Cristo.
Las personas deben comprender que nuestro papel como su maestro, es una responsabilidad que Dios nos ha dado. Es necesario explicar nuestros deberes hacia ellos y su deber de someterse a la enseñanza.
3. Después de persuadirles de su necesidad de ser enseñados, usted debe proporcionar a cada familia un ejemplar del catecismo y también de la confesión de fe. Algunos no tienen forma de comprarlos, y si se los regalamos, entonces se sentirán más obligados a usarlos. Entonces, de esta manera podemos animarlos a aprender y a estudiar este material. El costo de los ejemplares debería ser pagado por la iglesia. Después de dejarles el suficiente tiempo para comenzar el estudio, entonces usted debería visitarles familia por familia.
4. Hay que tratar de animarles lo más que se pueda.
A). No importa si ya han estudiado en la iglesia sobre la confesión de fe o el catecismo.
B). Algunas personas de edad mayor, pudieran tener dificultades para recordar ciertas partes, pero esto no importa a condición de que entiendan su significado.

C). Si algunas familias son grandemente ayudadas por este estudio, esto animaría a otros a comenzarlo.