CÓMO TRABAJAR EFICAZMENTE:

INTRODUCCIÓN

Catequizar no es tan fácil como muchos piensan. Enseñar a los incrédulos lo que es el cristianismo básico, es más exigente que la predicación y más difícil que un debate teológico. A menos que establezcamos con firmeza el fundamento de la doctrina de Cristo, el resto de nuestro trabajo será ineficaz.
1. Hay que comenzar con una explicación para las razones de esta obra y su importancia para la salvación y el crecimiento cristiano. Esto animará al pueblo a tomar con seriedad la enseñanza.
2. Es necesario hablar con cada uno en privado. Si se sienten avergonzados en la presencia de otros porque no pueden responder correctamente a nuestras preguntas, entonces ya no querrán continuar. Muchos se sentirán muy incómodos hablando acerca de sus pecados y sus problemas, a menos que lo hagan a solas con usted. Sin embargo, cuando usted esté hablando con una mujer siempre deberá estar presente otra persona, de preferencia un miembro de su familia.
3. Hay que comenzar tratando de averiguar cuánto han comprendido del catecismo y la confesión de fe. Si ellos tienen dificultades en el aprendizaje, hay que animarles por ejemplo a comenzar memorizando: Los diez mandamientos, las bienaventuranzas, etc..
4. Es necesario averiguar cuánto han entendido de las verdades más importantes. Por ejemplo:
A). Comience preguntándoles acerca de los puntos que ellos consideran más relevantes para sí mismos. Pregúnteles algunas cosas sencillas como por ejemplo, ¿Qué pasa después de la muerte? ¿Cuál es el castigo del pecado? ¿Cuál es el remedio divino para el pecado?, Etc..
B). Evite preguntas que sean innecesarias o muy difíciles de contestar. Sea muy cuidadoso con las preguntas como por ejemplo: Acerca de la naturaleza de Dios o acerca de la naturaleza de la fe. Es posible que algunas personas tengan una experiencia sana y genuina, y no sean capaces de explicarlo claramente . (Nota del traductor: En otras palabras, no es necesario que sean teólogos, para que su experiencia de salvación sea real).
C). Hay que plantear las preguntas en la forma más clara posible. Es importante que entiendan que una respuesta sencilla es suficiente. Si ciertas preguntas les parecen difíciles, entonces pueden ser planteadas en términos que exijan una respuesta de si o no.
D). Debemos tener cuidado en la interpretación de sus respuestas. Por ejemplo, si ellos dicen que necesitan arrepentirse para ser perdonados; pudiera ser que todavía están confiando en sus propios esfuerzos y no en la suficiencia de la obra de Cristo. A veces será necesario profundizar más para descubrir qué es lo que quieren decirnos. Algunos pueden tener un conocimiento salvador de Cristo sin poder expresarlo claramente. Algunos creyentes piadosos pueden tener dificultades para aprender cosas de memoria. Esto nos enseña que aún los creyentes que han disfrutado mucha enseñanza pudieran tener ciertas debilidades y flojera en el aprendizaje. El hecho de que una persona así tenga dificultades no debería conducirnos a concluir precipitadamente que no es un creyente sincero.
E). Aquellos que son totalmente incapaces de responder a nuestras preguntas necesitan volver a escuchar la explicación de las cosas básicas. La mayoría de las personas necesitan escuchar ciertas verdades repetidas veces para poder asimilarlas.
5. Después de haber descubierto cuánto entienden, hay que continuar con las próximas cosas que necesitan aprender. Habrá una variedad de conocimiento en cada individuo. Para aquellos que saben muy poco del evangelio, es necesario darles un resumen con los elementos básicos usando un lenguaje muy sencillo.
6. Si usted piensa que son personas inconversas, entonces será necesario describir algunas de las evidencias de la conversión verdadera y preguntarles si han experimentado este gran cambio en sus almas. Es importante tratar de no ofenderles y al mismo tiempo, explicarles la vital importancia de esta pregunta. Hágales las siguientes preguntas:
A) ¿Sienten la culpa y la carga de sus pecados? ¿Se dan cuenta de que merecen la condenación eterna? ¿Han confiado solo en Cristo para el perdón?
B) ¿Odian sus antiguos pecados? ¿Están dispuestos a negarse a sí mismos para que puedan vivir para agradar a Dios?
C) ¿Están dejando todo en este mundo para seguir a Cristo? Aunque con frecuencia se vean atribulados por sus pecados y sus fallas, ¿Es su sumo bien agradar a Dios y disfrutar de El para siempre?
Si ellos pueden honestamente responder en forma positiva a estas preguntas, entonces recuérdeles del gran privilegio de ser creyentes. Luego señáleles áreas de sus vidas en las cuales necesitan poner mucha atención, tales como: las devociones familiares y el guardar el día del Señor.
7. Si a pesar de que usted les ha dado buenas razones para creer, ellos permanecen como inconversos, entonces, con mucho tacto, describa con cuidado su trágico estado. Hay que mostrarles como han desperdiciado su tiempo viviendo para sí mismos y descuidando sus necesidades espirituales. Recuérdeles de la incertidumbre de la vida y del destino eterno de todos aquellos que mueren en sus pecados. Usted debe ser tierno pero directo en hablarles. Si sus palabras hacen poco impacto, entonces pronto serán olvidadas.
8. Concluya señalando dos deberes delante de ellos:
A). Primero, la necesidad de arrepentirse de sus pecados y recibir a Cristo como su Señor y Salvador. No deben estar contentos hasta que Dios les conceda un corazón nuevo que ame a Dios y aborrezca el pecado. Contraste la vanidad de los placeres mundanos con la gloria eterna del cielo. Enfatice la necesidad de acudir a Cristo como Salvador sin tardanza y recibir de El, el perdón gratuito y la vida eterna. Dígales que deben dar la espalda al pecado como si fuera un veneno mortal.
B). Segundo, deben ser diligentes en el uso de los medios de la gracia, hasta que sean convertidos y establecidos en la fe.
1. Puesto que solamente Dios les puede dar este cambio, ellos deben orar continuamente por el perdón y por un corazón nuevo.
2. Deben evitar el compañerismo con los impíos y buscar amistades con el pueblo de Dios. Deben huir de las tentaciones y tratar de romper con sus hábitos pecaminosos.
3. Ellos deben usar el día domingo para buscar al Señor en privado y en la adoración pública. Dios nos ha dado este día especialmente para que le busquemos y nos preparemos para la eternidad. Ellos deben comprometerse ante Dios a hacer estas cosas poniendo todo su empeño.
9. Hay que conducir toda la entrevista en una forma apropiada.
A). Hay que tratar con cada individuo en una forma apropiada, de acuerdo a su carácter. Los jóvenes deben ser advertidos sobre los pecados de sensualidad y aconsejados acerca de cómo resistirlos. Hay que recordar a los ancianos de que necesitan prepararse, porque muy pronto van a salir de este mundo. Advierta a los ricos para que no confíen en sus riquezas y muéstreles su necesidad de negarse a sí mismos. Recuérdeles a los pobres de sus riquezas en Cristo. Hay que advertir a las mujeres en cuanto a los chismes, a los hombres en cuanto a los vicios y la ambición, etc.
B). Sea condescendiente, amigable y paciente con todos aquellos que tienen dificultades para el aprendizaje.
C). Apoye toda la enseñanza con la Escritura y así ellos podrán ver que no les está dando su opinión, sino la palabra de Dios.
D). Hay que hablar con fervor porque una plática fría y formal no logrará nada.
E). Es esencial que preparemos nuestros corazones de antemano. Debemos recordarnos de las consecuencias eternas de los asuntos que estamos tratando.
F). La mejor forma de preparar sus corazones de antemano es a través de la oración privada.

G). Siempre debemos recordarles de nuestro amor y preocupación por sus almas. Esto concluye mi consejo y entonces, le dejo para que pueda proceder con su tarea. Estoy seguro de que Dios usará esta exhortación para despertar a muchos de sus siervos para cumplir con su deber. Oramos para que Dios bendiga esta obra y salve a muchas almas, para que esto le anime a usted y edifique su iglesia.